woensdag 5 mei 2010

Aburrimiento

¿Aburrimiento?
Tengo un resfriado como un huracán, no me atrevo ni ir a la playa, me encuentro en estado de depresión temporal, no tengo ganas de limpiar, ni de planchar y eso era lo que me quedaba por hacer hoy. Pero tengo fiebre y cuando agacho la cabeza se me caen dos chorros de agua mocosa; no puedo hacer una limpieza a fondo así, ni planchar con la temperatura tan subida. (Tendré que acordarme de estas excusas, son muy convincentes).
Hoy, otro maldito día de fiesta local. Un martes, ¿a quien se le ocurre?
Me he despertado a las 5 de la mañana, me he vuelto a acostar a las 9. Volví a levantarme a las 12, para sacar los perros y no quería acostarme de nuevo.
No estoy ni siquiera de mal humor, estoy malita, triste y aburrida y creo que lo último me afecta mas que nada. Así que, para distraerme y sentirme mejor os voy a decir lo que hay en la mesa de la cocina, mi mesa de trabajo (¡eso si!).
¡Sentaos y mirad! Un paquete de destornilladores mini, piezas nuevas para el taladro, hilo de aluminio, dos rollos de cinta aislante, unos ganchos.
Tres bolis y dos rotuladores de punta fina.
El periódico de anteayer, el de ayer y de hoy, el suplemento del sábado.
Dos rosas secas, una tijera, una agenda, tres diarios, un bloc de sudokus.
Dos paquetes de tabaco medio vacíos, los vales del periódico para un escáner que no necesito, cuatro recortes de periódico, un rollo de hilo negro.
Un anuncio de condones de fresa y un folleto de la Junta de Andalucía sobre Sida.
Luego un libro holandés, traducido malamente del sueco, un libro de Maruja Torres, otro de Almudena Grandes y otro de Rosa Montero, (¡que sí hay tantas mujeres que escriben!).
Un gran cenicero limpio, un cenicero chico lleno, dos caramelos sin azúcar (están asquerosas y llevan ya un mes allí), cuatro lápices amarillos y dos grises, un bloc de dibujo, un trozo de sanguina y un trozo de carbón, otra tijera, (una que no corta).
Mis gafas de leer rosas, las azules y las aun más baratas, las naranjas.
Quedan por apuntar el jarrón de rosas secas (ya no sirven para impresionar), la libreta de comidas especiales, cuatro cuadernos antiguas, dos libretas de apunte, cinco mecheros vacíos y el cacharro de gas para rellenarlos, dos mecheros llenos, ninguno de los dos míos.
Dos paquetes de pañuelos de papel, unos sueltos, las llaves, mi bolso, una silla de playa de juguete para poner un libro con un librito de filosofía, un candelabro con una vela morada, mas velas, un bloc de notas para las compras, una caja de sobres de calcio y un bote de pastillas de calcio
Espera, hay más.... Las correas de los perros, la cámera digital, un vasito gallego con una pluma de gaviota, una lamparita y un paquete de chicles. Creo que no se me ha olvidado nada.
De todas formas esto también es muy aburrida, no me siento mejor y seguramente me lo recordarais un día, que cuando me aburro me vuelvo bastante trastornada.
La próxima vez os cuento lo que hay en mi bolso, ¿vale?


@Gavi Mensch
de:Confesiones a ningún dios

Jerez 9-10-07

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